De los móviles a la salud mental en la esquizofrenia resistente al tratamiento

Los dispositivos de alta tecnología pueden monitorizar la actividad, el sueño y variables fisiológicas mediante sensores de uso generalizado. Asimismo, pueden activar alertas si detectan un cambio drástico que sugiera una recaída inminente o cualquier otro motivo que requiera una intervención de salud. Está a punto de iniciarse un estudio clínico piloto en el que se utilizarán teléfonos móviles y relojes inteligentes en pacientes con esquizofrenia resistente al tratamiento.

En una sesión del congreso de la EPA, Iluminada Corripio, del Hospital de Sant Pau de Barcelona, España, comentó que los primeros indicios sugieren que los pacientes con esquizofrenia resistente al tratamiento están dispuestos y son capaces de usar dispositivos inteligentes portátiles que monitorizan aspectos de su actividad y de su estado físico relevantes para su patología.

Existe la esperanza de que la tecnología sanitaria portátil contribuya a promover el cuidado personal, y que el hecho de permitir el acceso de los profesionales sanitarios a los datos obtenidos ayude a garantizar la continuidad de la asistencia y la rapidez de la respuesta, si es necesaria, a acontecimientos clínicos inminentes.

Desde la perspectiva médica, la ventaja que ofrece esta tecnología es el acceso rutinario a datos objetivos para la monitorización del estado de los pacientes vulnerables, en lugar del uso ocasional de escalas subjetivas. Sin embargo, uno de sus riesgos es el exceso de información. Para el paciente, la ventaja de la 'atención electrónica' es el acceso en línea a su equipo clínico.

Para el médico, la ventaja de esta tecnología es el acceso rutinario a datos objetivos del paciente. Para el paciente, el acceso a su médico

 

Trabajar con grupos de reflexión

 

Katya Rubinstein, de la Tel Aviv University, Israel, describió un trabajo preliminar con grupos de reflexión en los que participaron pacientes, cuidadores y médicos.

Se solicitó a los pacientes que expresaran sus opiniones sobre temas como, por ejemplo, la interacción con sus equipos de salud mental a través de la tecnología o su actitud frente a los dispositivos con capacidad de enviar alertas, a sí mismos y a otros.

Desde la perspectiva de los pacientes, esta tecnología podría mejorar su empoderamiento y soporte, y la disponibilidad de ayuda en situaciones de crisis que de otro modo podrían conducirles a la hospitalización. Pero expresaron sus preocupaciones por la ausencia de contacto humano, la posible reducción de su autonomía y la idea de que el 'Gran hermano' observe todos sus movimientos. Este último factor es particularmente relevante para aquellos pacientes que temen la vigilancia, especialmente si es a través de la tecnología.

Pero esto se debe trasladar al contexto de la preocupación por los pacientes que pueden no ser conscientes de que están enfermando. Y, en general, se aceptó la idea de que la tecnología inteligente podría ofrecer apoyo a la salud mental.

El estudio piloto, que comenzará a finales de la primavera de 2017 en Tel Aviv, Budapest y Barcelona, ha sido diseñado para determinar si el enfoque de 'salud mental electrónica' es aceptable para los pacientes, y si las grandes cantidades de datos generados pueden integrarse en los sistemas sanitarios.

Las cuestiones incluyen la capacidad de aceptación de los pacientes de lo que puede parecer un sistema de vigilancia y la integración de los datos en los sistemas sanitarios

 

El cumplimiento terapéutico es una parte importante de la 'resistencia'

 

Previamente, Jussi Seppälä, de la University of Oulu, Finlandia, ya había comentado a la audiencia que alrededor de un tercio de las personas que padecen esquizofrenia pueden considerarse resistentes al tratamiento, en el sentido de que su respuesta a varios episodios de tratamiento antipsicótico a dosis adecuadas ha sido escasa o nula, y no han experimentado periodos de buen funcionamiento.

Dicho esto, existen definiciones muy variadas de resistencia al tratamiento, por lo que cualquier estimación es cuestionable. Estuvo de acuerdo con un miembro de la audiencia en que el incumplimiento terapéutico es una de las partes principales, quizás incluso la más importante, del problema. Sin embargo, anteriormente también había sugerido que la esquizofrenia resistente al tratamiento podría ser un tipo de enfermedad diferente desde el inicio.

Los síntomas cognitivos parecen ser particularmente graves, y existe un dominio de los síntomas negativos. Incluso es posible que la patología subyacente esté más relacionada con los sistemas del glutamato que con los de la dopamina.

Sin embargo, hay un punto claro. La resistencia al tratamiento se asocia a unos costes sanitarios sustanciales, quizás incluso diez veces superiores a los costes de los pacientes que responden al tratamiento. Y, por supuesto, supone costes elevados para los sujetos afectados y sus cuidadores. Así que cualquier enfoque novedoso, como el de utilizar dispositivos de alta tecnología para abordar el problema, es bienvenido.

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