Cuarenta mil usuarios y seguimos contando: el despegue de la nomenclatura basada en la ciencia

Clasificar los fármacos por mecanismo de acción en lugar de por indicación ayudaría a aclarar la justificación del tratamiento, a reducir el estigma y a promover el cumplimiento terapéutico. El pasado año se registraron casi 40.000 descargas de la aplicación Nomenclatura basada en neurociencias, que cuenta con el respaldo de la Sociedad Americana de Psiquiatría.1

En el simposio del congreso virtual del ECNP de 2020 sobre Nomenclatura basada en neurociencias, Joseph Zohar, de la Universidad de Tel Aviv, Israel, afirmó que con frecuencia prescribimos “antidepresivos” para la ansiedad y “antipsicóticos” para la depresión. El uso de esta antigua forma de clasificar los fármacos confunde y angustia a los pacientes y no fomenta un enfoque lógico del tratamiento entre los médicos. Por lo tanto, es necesario un sistema basado en nuestra mejor comprensión de lo que realmente ocurre en el cerebro.

Con este paso, la psiquiatría recupera terreno respecto a otras especialidades de la medicina, como la hipertensión, en la que se utilizan estrategias de intensificación, por ejemplo, añadir un fármaco con un mecanismo de acción diferente.

Los múltiples mecanismos de acción y el uso en indicaciones diversas han debilitado la clasificación utilizada durante sesenta años.

 

La Sociedad Americana de Psiquiatría respalda la NbN

Los pilares del nuevo sistema son diez ámbitos farmacológicos basados en el neurotransmisor, la molécula o el sistema modificados (acetilcolina, dopamina, GABA, glutamato, histamina, orexina, melatonina, noradrenalina, opioide y serotonina) y nueve mecanismos de acción (agonista, agonista parcial o antagonista del receptor, inhibidor de la recaptación, liberador, inhibidor enzimático, bloqueante de los canales iónicos, modulador alostérico positivo y modulador enzimático).

Según una declaración de posicionamiento reciente de la APA,1 las características positivas del proyecto incluyen.

  • Posibilidad de mejorar la aceptación del paciente de las recomendaciones de medicación
  • Armonización de la psiquiatría con otras especialidades que clasifican los fármacos según su mecanismo de acción
  • Evitación de terminología no científica como “tranquilizantes mayores o menores” o “antipsicóticos de segunda generación”
  • Instrumento para la enseñanza que muestra la profundidad y la riqueza de nuestro conocimiento en neurociencias.

La NbN ayuda al prescriptor a decidir cuál es el siguiente paso racional que debe dar.

 

Nuevos términos para conceptos antiguos

La APA espera que el hecho que el NbN revele sesenta tipos de fármaco que se diferencian entre sí en el dominio farmacológico y/o el mecanismo de acción también fomentará una prescripción más matizada y una medicina de precisión.

La clase basada en la enfermedad de los “antipsicóticos”, conocidos también como tranquilizantes mayores, se subdividió en fármacos de primera y de segunda generación. Con la NbN, los fármacos se clasifican como, por ejemplo, agonistas parciales de los receptores de la dopamina y la serotonina (D2, 5-HT1A).

El enfoque de la NbN está respaldado por grupos de expertos que incluyen los Colegios Americano, Europeo y Asiático de Neuropsicofarmacología.

Junto con la nomenclatura revisada, para cada fármaco, el nuevo sistema proporciona una lista de indicaciones autorizadas por los organismos reguladores como la FDA y la EMA, información sobre efectos secundarios prevalentes o potencialmente mortales, y pruebas de eficacia adicional, al margen de las indicaciones formales, filtradas por la NbN Task Force y respaldadas por guías de expertos.

También incluye notas prácticas y un breve comentario sobre la neurobiología relevante.

Para consultar más información y descargar la aplicación, acceda a www.nbn2.com

Our correspondent’s highlights from the symposium are meant as a fair representation of the scientific content presented. The views and opinions expressed on this page do not necessarily reflect those of Lundbeck.

This content does not necessarily represent the opinion of ECNP.

Referencias

1. Evans D et al 2019. APA Position statement on Neuroscience-based Nomenclature