Según un seguimiento de familias llevado a cabo en EE. UU. a lo largo de 38 años, el riesgo de depresión mayor se transmite de una generación a otra. El mayor riego es evidente incluso en la tercera generación, y es más notable si ambos progenitores y los abuelos han padecido la patología. Una nota positiva es que el tratamiento de la depresión de la madre hasta la remisión mejora la prospectiva de los hijos.
Durante la conferencia de aceptación del Premio anual a la investigación de la Asociación Psiquiátrica Americana (APAAM) de 2021, Myrna Weissman, de la Universidad de Columbia, New York, EE. UU., comentó que el tratamiento temprano y riguroso del trastorno depresivo mayor (TDM) de la madre puede mejorar los síntomas de depresión de los hijos y contribuye a romper el ciclo de transmisión de una generación a la siguiente.
Junto con su esposo Gerald Klerman (fallecido en 1992), la Profesora Weissman desarrolló la Psicoterapia Interpersonal (PTI), un instrumento basado en la evidencia y eficaz para el tratamiento de la depresión.1
El galardón de 2021 también reconoció la contribución de la Profesora Weissman al conocimiento del TDM a través del estudio de familias de alto riesgo a las que siguió durante 38 años.
El riesgo de TDM de los hijos fue más alto si ambos progenitores y los abuelos habían padecido la patología2
El Riesgo de TDM se triplica en los hijos de familias de alto riesgo
En un seguimiento previo de dos generaciones llevado a cabo en New Haven, Connecticut, los riesgos de TDM, ansiedad y trastorno por consumo de sustancias de 151 descendientes de padres depresivos fueron tres veces más altos que en los hijos de familias de la misma comunidad con bajo riesgo de depresión.3
En esta etapa comenzó a observarse una mayor mortalidad entre los descendientes de padres deprimidos, lo cual fue confirmado en el seguimiento a 38 años. La tasa de mortalidad fue de 8,8 por 100 entre los descendientes de las familias de alto riesgo, mientras que entre los descendientes de las familias de bajo riesgo fue de 3,8. La Profesora Weissman comentó que las muertes por suicidio, accidente y sobredosis contribuyeron notablemente al exceso de mortalidad.
Estos datos longitudinales aportan dos particularidades destacadas. En primer lugar, el riesgo de TDM que se extiende hasta la tercera generación se atenúa si la segunda generación, los padres, no sufren depresión,2 y el riesgo de TDM de los hijos fue más alto si ambos progenitores y los abuelos habían padecido la patología.2
La remisión de la depresión de una madres atenúa los síntomas psiquiátricos de los hijos4,5
La depresión maternal es un factor de riesgo modificable
En segundo lugar, parece que el ciclo de transmisión de una generación a otra puede romperse mediante un tratamiento eficaz de los progenitores afectados.
El STAR*D-Child, un subestudio de un gran ensayo de tratamiento antidepresivo secuencial, demostró que lograr la remisión de la depresión de la madre disminuye las conductas problemáticas y los síntomas psiquiátricos de los hijos durante el año siguiente.4 Los hijos de las madres que lograron la remisión en los 3-6 primeros meses de tratamiento fueron los que mostraron mayor beneficio.
La Dra. Weissman afirmó que la mejoría de la madre ayuda al hijo y que este efecto se observa tanto cuando la remisión se logra con medicación como con psicoterapia.5
En la actualidad, la psicoterapia interpersonal se utiliza ampliamente en todo el mundo, incluso en la las zonas rurales de Uganda, donde se realizó un ensayo aleatorizado que demostró los beneficios de un enfoque grupal para reducir los síntomas y la disfunción.6
La OMS ha publicado un manual de PTI que se encuentra disponible en diferentes idiomas.7
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