Reducción de las recaídas y rehospitalizaciones en el primer episodio de psicosis

Más de un 50 % de las personas que sufren un primer episodio de psicosis (PEP) presenta una toxicomanía (TM).1,2 La investigación ilustra que el diagnóstico comórbido de TM se asocia a mal cumplimiento terapéutico y malos resultados funcionales y sintomáticos en pacientes con un PEP.1 Varios ensayos controlados aleatorizados y estudios de cohortes han demostrado que el tratamiento con antipsicóticos inyectables de liberación prolongada (AP-ILP) puede reducir eficazmente el número de recaídas y hospitalizaciones de los pacientes con psicosis;3-6 no obstante, pocos estudios se realizan en pacientes con TM. Los resultados de un estudio retrospectivo y naturalista indican que los resultados de los pacientes con un PEP puede extrapolarse a los pacientes con PEP-TM.

Se llevó acabo un estudio ambispectivo, descriptivo, longitudinal y naturalista para examinar los efectos del tratamiento AP-ILP en pacientes con PEP y TM. El estudio incluyó 237 adultos ingresados en el Institut Universitaire en Santé Mentale de Montréal (IUSMM) con enfermedad psicótica no tratada o tratamiento AP previo durante <12 meses, y puntuación de TM >2 en la Escala de consumo de drogas (DUS) o en la Escala de consumo de alcohol (AUS).

Los pacientes se dividieron en grupos según si recibían AP-ILP o antipsicóticos orales (APO) como tratamiento de primera línea. Los grupos también se dividieron en función de si los pacientes continuaron recibiendo el AP-ILP durante todo el estudio (AP-ILP solo), continuaron recibiendo el APO durante todo el estudio (APO solo) o cambiaron un AP-ILP por un APO (AP-ILP primero-ambos) o viceversa (APO-primero-ambos). El seguimiento inicial de los pacientes tuvo una duración de tres años.

Los AP-ILP se asocian con mejores resultados que los APO en el tratamiento de primera línea

Antes de la hospitalización, una cifra significativamente más baja de los pacientes que recibían AP-ILP-primero tenían autonomía financiera, en comparación con aquellos que recibían APO-primero (32,3 % vs. 64,5 %). El porcentaje de mendicidad antes del ingreso (38,7 % vs. 20,0 %) y la puntuación de síntomas generales de la escala PANSS en el momento del ingreso (39,5 vs. 34,8) también fueron significativamente más altas en el grupo AP-ILP-primero.

En comparación con el grupo APO-primero, el grupo AP-ILP primero mostró un porcentaje menor de recaídas (67,7 % vs. 76,7 %) y un tiempo hasta la recaída significativamente más prolongado (media 694 vs. 447 días). En los pacientes del grupo AP-ILP-primero se observó una tendencia hacia una reducción de las rehospitalizaciones (48,4 % vs. 57,3 %) y hacia una prolongación del tiempo de supervivencia sin hospitalización (813 vs. 619 días), sin embargo, estos resultados no fueron significativos.

En comparación con el grupo APO-primero, el grupo AP-ILP primero mostró un porcentaje menor de recaídas (67,7 % vs. 76,7 %) y un tiempo hasta la recaída significativamente más prolongado (media 694 vs. 447 días)

Los AP-ILP tienen un efecto protector frente a las recaídas y hospitalizaciones

Los niveles de funcionamiento premórbido antes del ingreso fueron más altos en los pacientes del grupo APO-solo, algo mas bajos en ambos grupos AP-ILP/APO-primero e incluso más bajos en los pacientes del grupo AP-ILP-solo. El grupo AP-ILP-solo mostró el porcentaje más elevado de trastorno del espectro de la esquizofrenia (88,2 %). A pesar de los porcentajes relativamente altos de pacientes con autonomía financiera y empleados en el momento del ingreso, los pacientes del grupo APO-primero-ambos eran más jóvenes y sus niveles de educación eran más bajos que en los otros grupos.

Los AP-ILP deberían ofrecerse como tratamiento de primera línea a todos los pacientes con PEP-TM, especialmente a aquellos que presentan factores de predicción de mal pronóstico

Las recaídas psicóticas fueron significativamente más altas en el grupo APO-primero-ambos (92,9 %) que en los demás grupos (70,6 % en el grupo AP-ILP-solo, 65,3 % en el grupo APO-solo, y 64,3 % en el grupo AP-ILP-primero-ambos). La supervivencia sin recaída también fue significativamente peor en el grupo APO-primero-ambos (352 días vs. 703, 527 y 681 días, respectivamente). En total, el 83,5 % de los pacientes del grupo APO-primero-ambos fueron rehospitalizados al menos una vez, en comparación con el 52 % del grupo AP-ILP-primero-ambos, el 38 9 % del grupo APO-solo y el 42,9 % del grupo AP-ILP-primero-ambos). La supervivencia sin hospitalización también fue significativamente más corta en el grupo APO-primero-ambos (436 días vs. 797, 772 y 825 días, respectivamente).

En conjunto, los resultados sugieren que los fármacos AP-ILP ofrecen protección frente a las recaídas y rehospitalizaciones en pacientes con PEP-TM. En consecuencia, los AP-ILP deberían ofrecerse como tratamiento de primera línea a todos los pacientes con PEP-TM, especialmente a aquellos que presentan factores de predicción de mal pronóstico, tales como un bajo nivel de educación, esquizofrenia o menor edad en el momento del ingreso (incluso en caso de buena situación laboral premórbida).

El estudio proseguirá durante dos años más para analizar si las ventajas del tratamiento de primera línea con AP-ILP persisten con el paso del tiempo.

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Referencias

  1.  Abdel-Baki A, et al. Psych Res. 2017;247:113-9
  2. Colizzi M, et al. Schizophr Res. 2016;170:311-9
  3. Subotnik K, et al. JAMA Psychiatry. 2015;72:822-9
  4. Kishimoto T, et al. J Clin Psychiatry. 2013;74:957-65
  5. Leucht C, et al. Schizophr Res. 2011;127:83-92
  6. Tiihonen J, et al. JAMA Psychiatry. 2017;74:686-93