Una nueva era de la identificación y el tratamiento del trastorno bipolar

Asistimos a una nueva era de la identificación y el tratamiento del trastorno bipolar, afirmó Eduard Vieta, Profesor de Psiquiatría de la Universidad de Barcelona, España, ante la numerosa y cautivada audiencia de la vanguardista conferencia que ofreció en el congreso de la EPA de 2018.

Asistimos a una nueva era de la identificación y el tratamiento del trastorno bipolar, afirmó Eduard Vieta, Profesor de Psiquiatría de la Universidad de Barcelona, España, ante la numerosa y cautivada audiencia de la vanguardista conferencia que ofreció en el congreso de la EPA de 2018.

 

El Profesor Vieta comentó que asistimos una nueva era de la identificación y el tratamiento del trastorno bipolar. Aunque la psiquiatría de precisión continúa siendo una aspiración de futuro, la estratificación clínica es una realidad, y se está avanzando en la identificación de biomarcadores y en farmacogenética.

Los pacientes con trastorno bipolar aspiran a una recuperación funcional complete

Ningún paciente con trastorno bipolar es el paciente “tipo”

Ningún paciente con trastorno bipolar es el paciente “tipo”, dijo el Profesor Vieta. Los resultados de los ensayos clínicos difieren mucho de los de los estudios en la vida real porque los ensayos clínicos muestran valores medios en lugar de datos individuales. En la vida real, los pacientes pueden ser mujeres embarazadas, personas ancianas, presentar comorbilidades y/o abusar del alcohol u otras drogas.  En otras palabras, los pacientes de los ensayos clínicos no suelen ser un reflejo de los pacientes de la vida real.

 

Asimismo, a menudo la remisión se define a partir de escalas que no determinan los resultados funcionales. La realidad es más compleja. Lo que preocupa a los pacientes es si la respuesta al tratamiento les permitirá volver a ser como antes. No solo quieren sentirse bien, también quieren funcionar bien y contribuir con éxito a la sociedad, es decir, desean obtener una recuperación funcional completa.

 

Los pacientes no solo quieren sentirse bien, también quieren funcionar bien.

Aunque la psiquiatría de precisión permitirá a los psiquiatras decidir cual es el mejor tratamiento para cada paciente individual basándose en diversos factores, incluidos los antecedentes familiares, la genética, etc., esta continúa siendo una ambición. No obstante, a través de los avances tecnológicos, está surgiendo una medicina personalizada que podría aportar grandes beneficios clínicos. El Profesor Vieta comentó que un ejemplo sería el uso de información genética para predecir la respuesta al tratamiento. En efecto, la farmacogenética se puede emplear para identificar metabolizadores rápidos y lentos y predecir la respuesta al tratamiento y, posiblemente, incluso las reacciones adversas, aunque el uso de estas pruebas en la práctica clínica está restringido a unos pocos pacientes, porque son caras y porque la información que aportan requiere replicación.

 

Destacó la importancia de determinar y supervisar variables en el entorno de la salud mental para informar la provisión de atención psiquiátrica, y añadió que esto no tiene por qué ser demasiado costoso, si se utilizan escalas cortas e instrumentos electrónicos para la evaluación de la salud mental.

 

La detección precoz del trastorno bipolar facilita la intervención temprana para prevenir la progresión

La detección precoz del trastorno bipolar facilita la intervención temprana para prevenir la progresión hacia expresiones más tardías del trastorno bipolar, que son más difíciles de tratar.

 

El Profesor Vieta explicó que la evolución de la comprensión de la fisiopatología del trastorno bipolar -desde la vulnerabilidad genética, la conectividad neuronal y los cambios anatómicos y funcionales del cerebro, hasta los cambios emocionales, conductuales y cognitivos, y de ahí hasta la función y la eficiencia del paciente en la sociedad- facilitarán la identificación precoz del trastorno bipolar.

 

Los síntomas son manifestaciones tardías de la enfermedad subyacente

 

En la actualidad, el diagnóstico está basado en los síntomas y se definió por consenso. Sin embargo, los síntomas son manifestaciones tardías de la enfermedad subyacente.

 

Los cambios neuroanatómicos también son manifestaciones tardías del trastorno bipolar y se correlacionan con su cronicidad. Estos cambios se producen en el sistema límbico, cuerpo calloso, amígdala, tronco encefálico, hipotálamo, circunvolución prerrolándica ventromedial, núcleo estriado, núcleo accumbens, tálamo y cerebelo, y coinciden con las redes serotoninérgica, noradrenérgica y dopaminérgica.

 

La fase de riesgo del trastorno bipolar es difícil de identificar

 

El Profesor Vieta afirmó que la fase de riesgo del trastorno bipolar es difícil de identificar. Los indicadores biológicos incluyen experiencia de adversidades tempranas, poca reserva cognitiva, predisposición genética y consumo de drogas. Sin embargo, la mayoría de los biomarcadores, como los mayores niveles de citocinas, son inespecíficos y se correlacionan con estrés cerebral.

 

Sugirió que, si el paciente lo acepta, el uso de instrumentos electrónicos de salud mental, tales como aplicaciones para teléfonos inteligentes o dispositivos portátiles, puede facilitar la obtención de información sobre la conducta, como las interacciones en las redes sociales, que puede ayudar a revelar cambios indicativos de un deterioro de la enfermedad. También se ha producido una involucración progresiva de las familias en el proceso terapéutico, y estas a menudo ayudan a alertar a los servicios psiquiátricos de cambios funcionales y conductuales.