El mensaje que se transmitió al numeroso público que asistió a la sesión plenaria de la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer (AAIC) de 2019, es que la investigación de la Enfermedad de Alzheimer (EA) precisa una mejor representación de las poblaciones más vulnerables a la EA. Se comentó que los estudios efectuados para comprender las causas de las disparidades observadas en la salud son el primer paso para suprimirlas, y ello implica formular las preguntas correctas, utilizar los métodos correctos, contextualizar la investigación y armonizar los datos.
Se comentó que se prevé que a medida que la esperanza de vida aumente, la prevalencia de la demencia aumentará, y se estima que hacia 2050 la mayoría de los casos de demencia se observarán en países en desarrollo.
Mientras, la incidencia de demencia disminuye en los países de rentas altas, y el estudio Framingham Heart ha constatado disminuciones en la incidencia de demencia en las tres últimas décadas.1 Los motivos de esta disminución no se han aclarado, pero factores ambientales, socioculturales, conductuales y biológicos determinan la incidencia y la prevalencia de la EA.2
Múltiples factores ambientales, socioculturales, conductuales y biológicos determinan la vulnerabilidad a la EA
Poblaciones más vulnerables a la demencia
Durante 14 años, se hizo un seguimiento de una muestra poblacional amplia con acceso similar a la atención sanitaria, que reveló que la incidencia de demencia:
- es más alta en la población afroamericana y indios americanos/nativos de Alaska
- es más baja en la población americana de origen asiático
- es intermedia en la población de origen latino, nativa de las islas del Pacífico y caucásica3
Estos patrones de disparidad racial o étnica de la demencia también se han observado en personas mayores de 90 años.4
Nacer en un estado con una elevada mortalidad por accidente cerebrovascular se asocia con un riesgo de demencia un 28 % más alto
Los motivos que pueden explicar estas diferencias entre grupos raciales o étnicos, tales como la educación (por ejemplo, se ha sugerido que el mayor riesgo de EA de la población afroamericana podría ser debido al bajo rendimiento en las pruebas cognitivas como consecuencia de diferencias en los logros educativos),5 la genética o las comorbilidades vasculares, no se han demostrado, y se investigan factores de riesgo de la trayectoria vital.3
- En cuanto a otras comorbilidades, el deterioro cognitivo de las personas de origen mejicano con diabetes en la visita inicial es más rápido que el de las personas no diabéticas, mientras que la diabetes de nueva aparición no guarda relación con la tasa de deterioro cognitivo.6
- Nacer en un estado con una elevada mortalidad por accidente cerebrovascular se asocia con un riesgo de demencia un 28 % más alto, y nacer en un estado con una elevada mortalidad por accidente cerebrovascular es 9,6 veces más frecuente en la población afroamericana que en la población americana de origen no africano.7
Conocer las causas de las disparidades observadas en la salud es el primer paso para suprimirlas
Estrategias para reflejar la diversidad de la enfermedad de Alzheimer en los estudios clínicos
Se estima que reducir las tasas de demencia en todos los grupos raciales/étnicos hasta tasas similares a las observadas en la población americana de origen asiático prevendría más de 190 000 casos anuales de demencia en Estados Unidos.3
Por lo tanto, es necesario investigar de manera rigurosa y reflexiva las disparidades observadas en la salud:
- Formulando las preguntas correctas
- Utilizando los métodos correctos
- Contextualizando la investigación en relación a la educación, el bilingüismo y la ocupación; y utilizando instrumentos de investigación contextualizados y culturalmente relevantes
- Armonizando los enfoques analíticos de los estudios y combinando sus datos posteriormente
También se señaló que debe existir un equilibrio entre:
- La amplitud del estudio: el tamaño del estudio poblacional y la extensión con la que este refleja adecuadamente factores de riesgo conocidos en términos de diversidad racial y étnica, educativa y geográfica; y
- La profundidad del estudio, en relación a los biomarcadores tisulares, cerebrales, plasmáticos y de imagen utilizados
Es necesario equilibrar la amplitud y la profundidad de los estudios
Asimismo, se aconsejó a los investigadores que para lograr una comprensión profunda de las fuentes de las diferencias raciales observadas en la salud, se formularan las tres preguntas siguientes:8
- ¿Existen diferencias sustanciales entre grupos en la prevalencia de resultados?
- ¿Existen diferencias sustanciales entre grupos en la prevalencia de la exposición?
- ¿Existen diferencias sustanciales entre grupos en la relación entre exposición y resultados?