La búsqueda de biomarcadores de riesgo avanza a una segunda fase crucial

La Parkinson Progression Marker Initiative 2.0, una iniciativa de la Michael J Fox Foundation, está a punto para iniciar un ambicioso programa para identificar cuándo y dónde comienza la enfermedad y cómo se desarrolla en el largo periodo de tiempo que transcurre entre el inicio de la neurodegeneración y la aparición de los síntomas motores diagnósticos.

El objetivo final que nos hemos propuesto es retrasar, o incluso prevenir, el desarrollo de la enfermedad de Parkinson. La oportunidad está en la larga fase prodrómica, y el método que utilizaremos para obtener el conocimiento necesario para orientar intervenciones neuroprotectoras potenciales es la recopilación de datos a largo plazo y a gran escala de personas con riesgo elevado de desarrollar la enfermedad. 

Tal como señaló Ken Marek, de la Yale University, New Haven, Connecticut, EE. UU., durante el encuentro virtual AAT-ADPD, esta es la tarea y esta es la promesa.

Más personas, más medidas

Al igual que la Parkinson Progression Marker Initiative inicial, que se inició hace diez años, la versión 2.0 es un estudio a nivel mundial que abarca un amplio rango de funciones motoras y no motoras, obtención de muestras biológicas y estudios de imagen y genéticos.

La PPMI 2.0 ampliará el ámbito de la investigación con la cobertura de una mayor variedad de resultados notificados por los sujetos, que incluyen una biopsia cutánea para detectar la sinucleína, y el microbioma, y mediante resonancias magnéticas y PET no dopaminérgicos. Al igual que en la primera iniciativa, todos los datos estarán a disposición de los investigadores.

La PPMI 2.0 incluirá dos mil personas en riesgo de desarrollar EP en un periodo de 3-5 años

La evaluación del riesgo se basa en la hiposmia, el trastorno de conducta del sueño en fase REM (RBD) y la presencia de mutaciones genéticas raras. La selección de los factores de riesgo no genéticos se ha basado en la evidencia de que contribuyen de forma significativa a la probabilidad de desarrollar la EP.

En el estudio PARS, por ejemplo, se observó que seleccionar a personas hipósmicas aumentaba la probabilidad de mostrar un déficit en el estudio de imagen del transportador de la dopamina (DAT) del 8 % al 28 %.1 Además, según los datos presentados por el Profesor Marek, se prevé que a una tercera parte de las personas que inicialmente presentan RBD se les diagnosticará EP en los 3-4 años siguientes.

El objetivo es obtener una hoja de ruta para los ensayos de prevención de la EP y el descubrimiento y la validación de dianas

Aceleración de la pirámide prodrómica

La nueva iniciativa comienza con 100 000 participantes del programa Fox Insight que la plataforma en línea utilizará para calificar el riesgo en base a un cuestionario y una aplicación de móvil que valora las funciones motora y no motora.

Alrededor de 50 000 participantes con indicios de riesgo pasarán a la etapa 2, en la que se hará una evaluación más minuciosa, que incluye la hiposmia y el RBD, y que también se realizará de manera remota. Para la etapa clínica, que incluye una evaluación presencial y un estudio de imagen DAT, se seleccionarán unos seis mil participantes.

Sobre esta base, se seleccionarán dos mil personas a las que se efectuará un seguimiento clínico intensivo durante cinco años. Este será el grupo principal con el que los investigadores esperan poder establecer la importante firma de biomarcadores prodrómicos.

Se espera que el reclutamiento finalice en 2023 y que el seguimiento se complete a finales de 2028.

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Referencias

1. Jennings D, et al. Neurology 2014;83:1739-46