La pandemia ha cambiado la psiquiatría de forma permanente, pero quizás no de forma radical

Ese fue la conclusión general, aunque algo matizada, del debate. A pesar de que el 93 % de la audiencia conectada virtualmente acordó que la atención a la salud mental no volverá a ser como era antes de la COVID-19, solo una pequeña mayoría (58 % vs. 42 %) pensaba que la profesión había sufrido un cambio radical.

La psiquiatría después de la COVID19 fue el tema de un desenfadado debate del Congreso virtual de la EPA de 2021, que enfrentó a Peter Falkai, de la University de Munich, Alemania, que argumentó que la pandemia había comportado una evolución y no una revolución, y a Andrea Fiorillo, de la University de Campania L Vanvitelli, Nápoles, Italia, que intentó convencer a la audiencia de que el cambio ha sido más dramático.

En realidad hubo más puntos de acuerdo que de desacuerdo. Un ejemplo es el hecho de que los servicios psiquiátricos han demostrado ser resilientes y adaptables frente a un desafío sin precedentes, puesto que la enfermedad causada por el virus y el aislamiento social necesario para erradicarlo han supuesto un enorme impacto en el  bienestar.

Esto se ha evidenciado en personas con problemas de salud mental preexistentes, personas previamente no afectadas que han desarrollado problemas, profesionales sanitarios y el conjunto de la sociedad.1,2

La pandemia ha cambiado nuestra práctica y quizás también a nuestros pacientes.

Vulnerabilidades reconocidas

Otro tema de debate fue el compromiso indudable de la profesión para garantizar que los servicios para las personas con enfermedades mentales graves sigan siendo prioritarias, y que se reconozca su vulnerabilidad en tiempos de crisis y, por lo tanto, su mayor riesgo de morbimortalidad por la propia COVID-19.3,4

En un estudio nacional de historias clínicas electrónicas llevado a cabo en EE. UU.,  la oportunidad relativa de infección por COVID-19 de las personas con patologías de salud mental de diagnóstico reciente fue mayor de 7, tanto para la esquizofrenia como para el trastorno depresivo mayor.4

Un tercer elemento común del debate fue la compatibilidad de la telemedicina y el triaje.

La psiquiatría es una parte esencial de la medicina, y lo sigue siendo durante una pandemia

Los pacientes pueden clasificarse sin necesidad de contacto presencial

En una intervención psicosocial multimodal en línea desarrollada por el Profesor Fiorillo y colaboradores, el primer paso fue el contacto telefónico, seguido de una evaluación clínica de 10-15 minutos. Con este paso de selección se distingue a los pacientes con síntomas moderados o graves que requieren tratamiento farmacológico y psicoeducación en línea de los con síntomas leves, que reciben 8-12 sesiones de psicoeducación, y de aquellos que solo precisan 2-3 sesiones de apoyo psicológico.

El Profesor Falkai estuvo de acuerdo en que, en respuesta a la pandemia, se habían desarrollado de forma acelerada instrumentos capaces de identificar a las personas en mayor riesgo y se había desplegado la psicoterapia en línea cuando era necesaria.

Afirmó que la COVID-19 ha incrementado la vulnerabilidad de algunos pacientes. En Múnich, aproximadamente el 8 % de los pacientes preexistentes habían experimentado mayores dificultades, aunque los síntomas de la mayoría de pacientes habían sido relativamente estables durante la pandemia y los servicios no se habían colapsado.

La tecnología actual puede acelerar la ampliación del acceso a una atención de calidad en el futuro6

Diferentes efectos sobre el acceso a la atención a corto y a largo plazo

El Profesor Falkai comentó que la pandemia nos ha ayudado a evolucionar y puede haber provocado la implementación de cambios que deberíamos haber implementado hace años. Algunos pacientes prefieren la telemedicina, pero no es necesarios adoptar este tipo de atención para todos los pacientes.

El Profesor Fiorillo señaló que el efecto a corto plazo de la COVID19 ha sido una disminución del número de personas que buscan ayuda para problemas de salud mental que, si lo medimos a partir de las derivaciones o ingresos hospitalarios, en el Reino Unido, se redujeron en un 12 % y un 20 %, respectivamente.5

Paradójicamente, el efecto a largo plazo de la facilitación de las consultas médicas telemáticas podría ser un mayor acceso a la atención sanitaria mental de calidad.6

 

Our correspondent’s highlights from the symposium are meant as a fair representation of the scientific content presented. The views and opinions expressed on this page do not necessarily reflect those of Lundbeck.

Referencias

1 Fiorillo A, Gorwood P. European Psychiatry 2020; 63: e32 1-2

2 Unutzer J et al. World Psychiatry 2020; 19: 130-131

3 De Hert M et al. World Psychiatry 2021; 20: 54-55   

4 Wang QQ et al. World Psychiatry 2021; 21:124-30

5 Abbas MJ et al. Psychiatr Serv 2021;72: 242-6

6 Torous J et al. JMIR Mental Health 2020; 7(3):e18848