La prevención del suicidio es el tema principal del Día de la Salud Mental de 2019, cuyo objetivo priorizar este problema en todo el mundo. Así, la ponencia en la sala plenaria del congreso de la EPA de 2019, impartida por el experto John Mann, del Departamento de Psiquiatría de la, Universidad de Columbia, New York, EE. UU., estuvo centrada en el suicidio y fue oportuna, apasionada y esclarecedora.
Durante su ponencia, el Profesor Mann identificó los siguientes pasos necesarios para una prevención más efectiva del suicidio:
- Evaluar mejor el riesgo de suicidio inminente, que podría lograrse mediante dispositivos portátiles
- Animar a los hombres a pedir ayuda. Las tasas de suicidio consumado a lo largo de la vida son unas tres veces más altas en hombres que en mujeres.
- Reducir la disponibilidad de los medios de suicidio más letales, que ya han logrado varios países.
- Y, sobre todo, es necesario identificar y tratar de manera más eficaz la depresión mayor, y eso requiere continuidad en la atención. En la actualidad, muchas de las personas a las que se diagnostican patologías mentales no cumplen con el tratamiento o se pierden durante su seguimiento.
Es necesario identificar y tratar de manera más eficaz la depresión mayor, y eso requiere continuidad en la atención
El Profesor Mann comentó que, según informes recientes, una persona se suicida cada 47 minutos en Polonia. Esto significa que alguien morirá durante esta presentación. Polonia es el tercer país con mayor número de suicidios de los estados de la UE, y mueren más personas por suicidio que en accidentes de tráfico.
Pero se trata de un problema universal. En EE. UU., el suicidio es la segunda causa de muerte entre la población de 10-34 años de edad. En todo el mundo, mueren más personas por suicidio que asesinadas en guerras o debido a otras formas de violencia.1 Por consiguiente, se trata de una verdadera tragedia mundial.
Restringir los medios y ampliar el tratamiento
La presencia de una patología psiquiátrica, en particular la depresión mayor, es el factor de predicción más importante del suicidio. En EE. UU., alrededor del 90 % de las personas que se suicidan sufren alguna patología psiquiátrica, pero menos de un tercio de ellas están recibiendo tratamiento psiquiátrico en el momento de morir. Por lo tanto, es crucial identificar y tratar adecuadamente a estos pacientes.
El Profesor Mann afirmó ante la audiencia del congreso de la EPA que una clara medida para reducir el número de suicidios es tratar de manera eficaz el trastorno depresivo mayor (TDM) con antidepresivos (y posiblemente también con terapia cognitivo-conductual [TCC]).
Los supervivientes de un primer intento de suicidio tienen una probabilidad de no fallecer por suicidio superior al 80 %
En todo el mundo, y contrariamente a lo que sucede en los EE. UU., la tasa de suicidios se ha reducido. El hecho de que esto sea debido, en gran parte, a un menor número de muertes por pesticidas indica la dirección a seguir para lograr otros medios de prevención bien establecidos: restringir los medios.
La probabilidad de no morir por suicidio a lo largo de la vida de las personas que sobreviven a un intento de suicidio inicial es superior al 80 %. Por consiguiente, es crucial reducir la letalidad de los medios disponibles en este primer intento.
Identificación de las personas con mayor riesgo
La mayoría de las personas que fallecen por suicidio están deprimidas. Por lo tanto, el riesgo está claramente relacionado con un subgrupo. Estas personas intentan suicidarse en las primeras fases de su enfermedad.
En EE. UU., alrededor del 90 % de las personas que se suicidan sufren alguna patología psiquiátrica, y la mayoría de ellas no están recibiendo tratamiento en el momento de morir.
Aproximadamente la mitad del riesgo de suicidio es genético. Por supuesto, los acontecimientos de la vida tienen una influencia, pero el suicidio no es simplemente una respuesta al estrés extremo o al dolor emocional, sino que es una respuesta anormal. Los principales factores de este riesgo son los antecedentes de intento de suicidio, de conducta suicida en la familia y de ideación suicida grave.
Asociaciones con la neurobiología
Entre los rasgos que contribuyen a la vulnerabilidad a la conducta suicida se pueden citar los siguientes:
- Desajustes en el estado de ánimo y las emociones. La correlación entre la gravedad de la depresión calificada por el médico y la gravedad subjetiva es tan solo de aproximadamente 0,5.2 Al menos hasta cierto punto, existe una transmisión familiar de los rasgos de pesimismo y desesperanza asociados con el suicidio.
- Mala interpretación de las señales sociales: la conducta suicida parece asociarse con una hipersensibilidad a las señales negativas y una percepción de que el entorno está pervertido por la crítica. En los patrones de activación neuronal se puede observar mayor sensibilidad a las señales emocionales.3
- Rasgos y toma de decisiones reactivos o impulsivos.
- Alteraciones del aprendizaje, la memoria y la resolución de problemas. Esto es evidente, por ejemplo en la prueba Juego de azar de Iowa.4 El rendimiento de los controles sanos y las personas con trastornos afectivos mejora de forma sistemática al adquirir experiencia en el juego, pero no mejora en las personas que han llevado a cabo intentos de suicidio (especialmente de carácter violento).
El Profesor Mann también citó estudios que han constatado alteraciones en la función de receptores de neurotransmisores relacionados con la depresión. Así, un mayor grado de unión en el autorreceptor 5-HT1A del núcleo del rafe predijo la ideación suicida y mayor letalidad de los intentos de suicidio durante el seguimiento de los pacientes.5
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